El nivel de difusión de las nuevas tecnologías involucradas en la llamada Industria 4.0 (I40) es aún incipiente en América Latina y en particular en pymes manufactureras. La I40 presenta dos dimensiones, por un lado, la política descendente en la que los gobiernos incentivan al sistema productivo a adoptar los motores de esta revolución tecnológica y, por otro, la dimensión empresarial impulsada por las grandes empresas transnacionales y la red de participantes pymes en sus cadenas de valor. Este artículo encuentra que las principales motivaciones de las PYMES analizadas que la introducción de estas nuevas tecnologías está vinculada a la necesidad de encontrar soluciones, en términos de mejora de la eficiencia en los procesos, mayor calidad de los productos y servicios a los clientes y proveedores. Por otro lado, el cambio que supone la digitalización, plantea un salto cualitativo para las PYMES lo que les obliga a replantear su funcionamiento y en el que es imprescindible la interconexión y actualización dinámica de las competencias de sus recursos humanos.

Desde fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, en un marco de fuerte globalización y reconfiguración de la fisonomía del capitalismo de base industrial imperante en las décadas precedentes, se aprecia la transición hacia una etapa donde el uso masivo y difusión de nuevas tecnologías impacta fuertemente en la dinámica social y económica. Esta transformación en los escenarios productivos es conocida recientemente como “Cuarta Revolución Industrial”, o Industria 4.0, en tanto cuarta mega etapa de la evolución técnica-económica de la humanidad desde el inicio de la Primera Revolución Industrial.

El concepto “Industria 4.0” surge en Alemania a comienzos de la década pasada como emergente de la iniciativa del gobierno federal alemán de diseñar un programa de mejora de la productividad de la industria manufacturera del país. El término Industria 4.0 fue presentado por primera vez en la Feria de Hannover de 2011.  Desde la academia se ha comenzado a prestar atención a la I40 de manera reciente y como reacción a la dinámica impuesta por las dos dimensiones antes señaladas. En particular se destacan los informes de consultoras como McKinsey, BCG, Deloitte, entre otras que a nivel global y desde la consultoría han comenzado en los últimos diez años a seguir básicamente la cadena de decisiones e inversiones en tecnologías I40 por parte de las más importantes corporaciones del mundo.

El término industria 4.0 se refiere a un nuevo modelo de organización de los procesos productivos y de control de la cadena de valor con eje en las tecnologías de la información y dispositivos comunicados de manera autónoma. Se parte de la posibilidad de la configuración de fábricas “inteligentes” que integran lo físico con lo virtual, lo que supone la articulación de sistemas computacionales y procesos manufactureros, el despliegue de decisiones descentralizadas y mecanismos de optimización “auto organizativos” (European Parliament, 2016).